domingo, 7 de febrero de 2016

EL VERDADERO RETO



En el mundo de los negocios las cosas deben resultar tal como se planifican. Y las razones saltan a la vista, pues los beneficios están enmarcados dentro de un signo llamado dinero, por lo tanto todo allí tiene un precio, ocupa un espacio y toma un determinado tiempo.

Y es que el mundo de los negocios es de resultados, no tanto de descripción o análisis. Pero, nunca debe olvidarse que el logro más importante en cualquier actividad humana es precisamente la realización del ser humano que está dentro de ella. Ese es el mejor resultado que la organización puede lograr. Lo que no se puede medir no  se puede mejorar. El mayor reto que a diario se nos presenta es el de aprender a medir el valor de  quien comparte con nosotros una labor o una actividad. 

Aprender a valorar y ser valorados. Este es el cordón primario del éxito de una organización, de un proyecto, de una empresa, de un equipo, de una familia. 

Hace pocos días le  pregunté a un empresario sobre su definición del término reto en los negocios. Justamente hacía pocas horas, que uno de sus colaboradores había incurrido en un costoso error  por una equivocada decisión que acarrearía una sensible pérdida económica a la empresa. Me respondió: el costo de la pérdida económica del error de aquella persona está muy por debajo de lo que esa persona representa para nuestra empresa. 
 
                             

El comportamiento organizacional ineficaz o equivocado puede efectivamente paralizar la competitividad de una empresa, de un equipo, de una familia y hasta de una sociedad entera. Si una empresa está plagada de liderazgo ineficaz, mala ética de trabajo o baja moral de los empleados, el cambio en la forma de medir el valor que se le atribuye a los colaboradores es una tarea impostergable  y prioritaria.

El liderazgo es el catalizador para un modelo de comportamiento exitoso o fallido. El líder exitoso no pierde a su gente valiosa. Este es un principio rector en el liderazgo humano y en el camino largo del éxito de cualquier organización. 

Simón Pedro estuvo a punto  de ser despedido de la más grande empresa creada jamás, debido a una aparente traición al líder mayor de esa organización de la que era su principal colaborador (Juan 21:15-19). Simón Pedro sólo requería demostrar arrepentimiento y amor para ser valorado por  Aquél que otro cualquiera hubiera desechado, sancionado, expulsado y olvidado. Más Jesús no lo hizo. 

El arrepentimiento verdadero y el amor incondicional deben ser las medidas justas para valorar el tamaño de una relación. 

Quiero pedirle amigo lector de mi blog, que observe el siguiente video mientras se pregunta, a la luz del anterior comentario, ¿cuál es el verdadero protagonista de la historia?
                    

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