Aprendiendo a Vivir

"Nunca Pierda la dulzura de su carácter"

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domingo, 31 de diciembre de 2017

HOY, EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO




Hoy, como casi todos los días, de manera añosa, me desperté y luego de poner los pies en el piso y recordar si había pasado bien la noche anterior, salí de casa para comprar el pan en la panadería de la esquina, para cumplir el ritual de las mañanas tempranas, casi oscuras, de casi todos los días del año, que está a punto de quedarse atrás.  


Hoy ha significado la primera oportunidad para sentir que tenía otro día por delante para amar, hacer, cantar, silbar, vivir. Un año que pasa, un día que llega y un año por venir. Un símbolo de esperanza.  
Caminé, como siempre lo hago a esta hora, en medio del más grande de los silencios, repasando fugaz pero vitalmente, los recuerdos de todo lo que ha representado este año, moderado, y sujeto a ese fino hilo que sujeta la existencia humana entre frágiles peldaños, como la soga sujeta al barco en los muelles del tiempo.  
Mis pasos han llevado este año peso de vida, saltando entre los escollos de setos de cada día, altos, bajos, significantes o sin importancia, los mismos con los que he trasegado todos los años anteriores, en marcha hacia el propósito, no pocas veces claro, pero siempre futuro. Pisadas humeantes de amor por quienes están constantes y fieles a mi lado, mi esposa y mis hijos, a los cuales he podido arrimar un brazo de soporte, débil algunas veces pero aceptado siempre, o una frase innecesaria pero afectiva, o una oración silenciosa o un beso furtivo.  
Esta de hoy es una mañana con vientos, nubes y cielos que hablan de glorias majestuosas, universales, únicas, totales, con cantos de aves cómplices y vocingleras, libres para declarar a la tierra y al tiempo la grandeza de su Creador.   
Este día me ha parecido que he dejado un rastro, mientras camino hasta la esquina ida y vuelta, de hazañas heroicas y cobardes de cada una de mis jornadas, gravadas en mi piel, evocando mi desconcierto y mi templanza. Heroicas por lo que me ha costado llegar hasta ellas y cobardes por lo que aún me falta.  
Este año he querido ser el otro, al que quería que siempre admiraran al pasar, escucharan atentos mientras hablara o murmurara, aplaudieran mientras tan solo hacía un gesto o comprendieran mientras avergonzado se ocultara. Si, también la vanidad ha tutelado algunos de mis tiempos de este año, como la brisa de cosquillas ha movido la melancólica escasez de los cabellos añosos y agotados. Pero, a cambio, y en maravillosa cascada de besos entre las porfías de mi corazón, les he visto, a los míos, a los de siempre, les he visto alegres, limpios, trascendentes, vitales, guerreros, experimentado la gloria de los días felices que hemos tenido y advirtiendo la gloria de los que vendrán.  
Desde mis pasos, con no poco asombro, he estado midiendo la calle polvorienta de todo lo hecho y vivido en este año que nos deja, y he creído  que en mi rostro se ha dibujado un agrado, porque al final hasta en los  momentos más oscuros alguien nos dijo una verdad, porque nunca nos faltó un hermoso abrazo en la intimidad de la disputa y porque allí, entre quienes he permanecido y ellos conmigo, siempre abundó el amor de Dios y el nuestro.  

martes, 19 de diciembre de 2017

LA VICTORIA




Steven Covey dice que un hábito se forma por la confluencia equilibrada y repetida de tres actitudes: conocimiento (por qué o para qué hago lo que hago), capacidad (el hacer lo que pretendo hacer) y deseo (querer hacer lo que debo hacer). Cierto amigo me comentó la lucha que ha vivido con varios compañeros de trabajo un poco menores en edad que la de él. Estos jóvenes empleados se aliaron, según mi amigo, en su contra y, sin mediar ninguna causa justificada o, al menos evidente, aislaron de toda comunicación relacional a mi amigo hasta hacerlo “invisible”, según sus propias palabras.  Mientras nos tomábamos un café, mi amigo y yo recordamos un importante consejo: “El conocimiento del problema entraña la comprensión adecuada del mismo, o por lo menos, de los límites”. El problema es el problema, dice Covey. Cuando no se conoce qué es lo que sucede con el rival, o con la situación que se adversa, difícilmente se logra superarla.  Esto incluye el conocimiento y posterior comprensión de las necesidades y preocupaciones de la otra parte en el conflicto. Aquí radica, dicho en simples términos, el éxito de todo proceso de relaciones interpersonales. 

Es cierto, cuando se conoce el problema y todo lo que lo envuelve se está en el camino de obtener la victoria. 
Conocer y comprender la situación adversa y/o al adversario, provee los elementos para adquirir el poder (capacidad) para iniciar de forma sostenible y productiva, la acción reparadora, o la protección que neutralice los efectos dañinos del estímulo amenazante. Si no podemos hacer algo para cambiar al otro, no permitir que ese otro nos dañe. 
Ha pasado algún tiempo y he vuelto a reunirme con mi amigo, quien me comenta su victoria al poner en práctica los sencillos términos de este importante consejo. Empecé a trabajar en mí, inicialmente, dice, me propuse iniciar un compromiso conmigo a manera de victoria privada como dice Covey de ESTRECHAR LAZOS y, de acuerdo a la Biblia, estar en paz, de ser posible, con todos. No hay mejor motivación (deseo) para hacer algo que tener el conocimiento y la capacidad para hacerlo. El ánimo de continuar trabajando en la misión de ESTRECHAR LAZOS me ha dejado en el comienzo de una nueva etapa de la misión laboral, y es la de marcar las distancias, con rayas amarillas sobre el pavimento y no con bloques de cemento. Soy libre de ellos. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo, pero no estoy llamado a realizar lo que no puedo. 

Recomendación de lectura:
7 Habitos de la Gente Altamente Efectiva:
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sábado, 16 de diciembre de 2017

MAS ALLA DE LA CUMBRE RESUMEN




 “Los hombres y las mujeres están limitados no por su lugar de nacimiento, ni por el color de su piel, sino por el tamaño de su esperanza” John Johnson.  
Hace algunos años mientras curioseaba estantes en una librería, me encontré con este libro de Zig Ziglar que desde el mismo instante que revisé el índice de temas, atrapó mi atención y lo ha seguido haciendo por varios años.  
El autor plantea el tema de la vida como un viaje, metáfora que va a estar presente a lo largo de todo el libro y que sirve para identificar los diferentes trayectos que serán exigentes pero entretenidos. De esa forma el lector empieza a reconocer una guía firme, pero a la vez dinámica y práctica en la pluma de Zig Ziglar.  
Poner la vida en perspectiva es tomarse el tiempo para medir lo que se ha hecho y responderse la pregunta: ¿soy feliz? Quizás hemos confundido felicidad con tener dinero para poseer todo lo que quiero. “El dinero comprará cualquier cosa para mi familia, pero no puede comprar su amor”. El primer libro de Ziglar fue “Nos veremos en la cumbre”. El autor confiesa que ese libro lo escribió para descubrir la belleza de la vida, pero que el libro Más Allá de la Cumbre lo hizo sobrepasar cualquier concepto que podía imaginarse de la vida, veinte años atrás. La clave para establecerse en la cumbre es: Ayudar a otras personas a lograr lo que quieren. Más allá de la Cumbre no solamente establece la verdad: la examina detenidamente, la explica, la verifica y la prueba.  
Mucha gente no entiende que el fracaso es un acontecimiento y no una persona, por eso deciden jugar a lo seguro y no hacen absolutamente nada. En sus mentes, ser irresponsable no es una falla sino hacer parte del sistema que es en quien definitiva tiene la culpa de todo. Usted puede cambiar. Usted puede ser más de lo que es.  
El cambio de imagen es posible y se consigue a partir del cambio de vocabulario. Lo que usted se dice, según Zig, tiene una influencia directa en su rendimiento. En realidad, la persona más influyente que le va a hablar a usted hoy, es usted mismo. No espere a dar un paso positivo. Delo y luego sentirá la satisfacción de haberlo dado. 
Lo que entra en su mente afecta su pensamiento, sus pensamientos afectan su eficiencia y su eficiencia afecta su futuro. La diferencia en su vida no es lo que le sucede sino cómo lo enfrenta. Cuando las cosas cambian dentro de usted, también cambian alrededor suyo.  
He preparado este resumen con la intención de proveer una versión diferente de los muchos resúmenes que sobre él se habrán escrito y, que no por ser uno más, dada la calidad del libro y el valor extraordinariamente trascendental de su contenido, estoy seguro que será de utilidad para quienes deseen adentrarse en la exploración del camino victorioso de la vida, utilizando un magnífico mapa de ruta.  

Este es el enlace en donde puede adquirir el libro: