Aprendiendo a Vivir

"Nunca Pierda la dulzura de su carácter"

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domingo, 31 de diciembre de 2017

HOY, EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO




Hoy, como casi todos los días, de manera añosa, me desperté y luego de poner los pies en el piso y recordar si había pasado bien la noche anterior, salí de casa para comprar el pan en la panadería de la esquina, para cumplir el ritual de las mañanas tempranas, casi oscuras, de casi todos los días del año, que está a punto de quedarse atrás.  


Hoy ha significado la primera oportunidad para sentir que tenía otro día por delante para amar, hacer, cantar, silbar, vivir. Un año que pasa, un día que llega y un año por venir. Un símbolo de esperanza.  
Caminé, como siempre lo hago a esta hora, en medio del más grande de los silencios, repasando fugaz pero vitalmente, los recuerdos de todo lo que ha representado este año, moderado, y sujeto a ese fino hilo que sujeta la existencia humana entre frágiles peldaños, como la soga sujeta al barco en los muelles del tiempo.  
Mis pasos han llevado este año peso de vida, saltando entre los escollos de setos de cada día, altos, bajos, significantes o sin importancia, los mismos con los que he trasegado todos los años anteriores, en marcha hacia el propósito, no pocas veces claro, pero siempre futuro. Pisadas humeantes de amor por quienes están constantes y fieles a mi lado, mi esposa y mis hijos, a los cuales he podido arrimar un brazo de soporte, débil algunas veces pero aceptado siempre, o una frase innecesaria pero afectiva, o una oración silenciosa o un beso furtivo.  
Esta de hoy es una mañana con vientos, nubes y cielos que hablan de glorias majestuosas, universales, únicas, totales, con cantos de aves cómplices y vocingleras, libres para declarar a la tierra y al tiempo la grandeza de su Creador.   
Este día me ha parecido que he dejado un rastro, mientras camino hasta la esquina ida y vuelta, de hazañas heroicas y cobardes de cada una de mis jornadas, gravadas en mi piel, evocando mi desconcierto y mi templanza. Heroicas por lo que me ha costado llegar hasta ellas y cobardes por lo que aún me falta.  
Este año he querido ser el otro, al que quería que siempre admiraran al pasar, escucharan atentos mientras hablara o murmurara, aplaudieran mientras tan solo hacía un gesto o comprendieran mientras avergonzado se ocultara. Si, también la vanidad ha tutelado algunos de mis tiempos de este año, como la brisa de cosquillas ha movido la melancólica escasez de los cabellos añosos y agotados. Pero, a cambio, y en maravillosa cascada de besos entre las porfías de mi corazón, les he visto, a los míos, a los de siempre, les he visto alegres, limpios, trascendentes, vitales, guerreros, experimentado la gloria de los días felices que hemos tenido y advirtiendo la gloria de los que vendrán.  
Desde mis pasos, con no poco asombro, he estado midiendo la calle polvorienta de todo lo hecho y vivido en este año que nos deja, y he creído  que en mi rostro se ha dibujado un agrado, porque al final hasta en los  momentos más oscuros alguien nos dijo una verdad, porque nunca nos faltó un hermoso abrazo en la intimidad de la disputa y porque allí, entre quienes he permanecido y ellos conmigo, siempre abundó el amor de Dios y el nuestro.  

martes, 19 de diciembre de 2017

LA VICTORIA




Steven Covey dice que un hábito se forma por la confluencia equilibrada y repetida de tres actitudes: conocimiento (por qué o para qué hago lo que hago), capacidad (el hacer lo que pretendo hacer) y deseo (querer hacer lo que debo hacer). Cierto amigo me comentó la lucha que ha vivido con varios compañeros de trabajo un poco menores en edad que la de él. Estos jóvenes empleados se aliaron, según mi amigo, en su contra y, sin mediar ninguna causa justificada o, al menos evidente, aislaron de toda comunicación relacional a mi amigo hasta hacerlo “invisible”, según sus propias palabras.  Mientras nos tomábamos un café, mi amigo y yo recordamos un importante consejo: “El conocimiento del problema entraña la comprensión adecuada del mismo, o por lo menos, de los límites”. El problema es el problema, dice Covey. Cuando no se conoce qué es lo que sucede con el rival, o con la situación que se adversa, difícilmente se logra superarla.  Esto incluye el conocimiento y posterior comprensión de las necesidades y preocupaciones de la otra parte en el conflicto. Aquí radica, dicho en simples términos, el éxito de todo proceso de relaciones interpersonales. 

Es cierto, cuando se conoce el problema y todo lo que lo envuelve se está en el camino de obtener la victoria. 
Conocer y comprender la situación adversa y/o al adversario, provee los elementos para adquirir el poder (capacidad) para iniciar de forma sostenible y productiva, la acción reparadora, o la protección que neutralice los efectos dañinos del estímulo amenazante. Si no podemos hacer algo para cambiar al otro, no permitir que ese otro nos dañe. 
Ha pasado algún tiempo y he vuelto a reunirme con mi amigo, quien me comenta su victoria al poner en práctica los sencillos términos de este importante consejo. Empecé a trabajar en mí, inicialmente, dice, me propuse iniciar un compromiso conmigo a manera de victoria privada como dice Covey de ESTRECHAR LAZOS y, de acuerdo a la Biblia, estar en paz, de ser posible, con todos. No hay mejor motivación (deseo) para hacer algo que tener el conocimiento y la capacidad para hacerlo. El ánimo de continuar trabajando en la misión de ESTRECHAR LAZOS me ha dejado en el comienzo de una nueva etapa de la misión laboral, y es la de marcar las distancias, con rayas amarillas sobre el pavimento y no con bloques de cemento. Soy libre de ellos. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo, pero no estoy llamado a realizar lo que no puedo. 

Recomendación de lectura:
7 Habitos de la Gente Altamente Efectiva:
Link a tienda Amazon:




sábado, 16 de diciembre de 2017

MAS ALLA DE LA CUMBRE RESUMEN




 “Los hombres y las mujeres están limitados no por su lugar de nacimiento, ni por el color de su piel, sino por el tamaño de su esperanza” John Johnson.  
Hace algunos años mientras curioseaba estantes en una librería, me encontré con este libro de Zig Ziglar que desde el mismo instante que revisé el índice de temas, atrapó mi atención y lo ha seguido haciendo por varios años.  
El autor plantea el tema de la vida como un viaje, metáfora que va a estar presente a lo largo de todo el libro y que sirve para identificar los diferentes trayectos que serán exigentes pero entretenidos. De esa forma el lector empieza a reconocer una guía firme, pero a la vez dinámica y práctica en la pluma de Zig Ziglar.  
Poner la vida en perspectiva es tomarse el tiempo para medir lo que se ha hecho y responderse la pregunta: ¿soy feliz? Quizás hemos confundido felicidad con tener dinero para poseer todo lo que quiero. “El dinero comprará cualquier cosa para mi familia, pero no puede comprar su amor”. El primer libro de Ziglar fue “Nos veremos en la cumbre”. El autor confiesa que ese libro lo escribió para descubrir la belleza de la vida, pero que el libro Más Allá de la Cumbre lo hizo sobrepasar cualquier concepto que podía imaginarse de la vida, veinte años atrás. La clave para establecerse en la cumbre es: Ayudar a otras personas a lograr lo que quieren. Más allá de la Cumbre no solamente establece la verdad: la examina detenidamente, la explica, la verifica y la prueba.  
Mucha gente no entiende que el fracaso es un acontecimiento y no una persona, por eso deciden jugar a lo seguro y no hacen absolutamente nada. En sus mentes, ser irresponsable no es una falla sino hacer parte del sistema que es en quien definitiva tiene la culpa de todo. Usted puede cambiar. Usted puede ser más de lo que es.  
El cambio de imagen es posible y se consigue a partir del cambio de vocabulario. Lo que usted se dice, según Zig, tiene una influencia directa en su rendimiento. En realidad, la persona más influyente que le va a hablar a usted hoy, es usted mismo. No espere a dar un paso positivo. Delo y luego sentirá la satisfacción de haberlo dado. 
Lo que entra en su mente afecta su pensamiento, sus pensamientos afectan su eficiencia y su eficiencia afecta su futuro. La diferencia en su vida no es lo que le sucede sino cómo lo enfrenta. Cuando las cosas cambian dentro de usted, también cambian alrededor suyo.  
He preparado este resumen con la intención de proveer una versión diferente de los muchos resúmenes que sobre él se habrán escrito y, que no por ser uno más, dada la calidad del libro y el valor extraordinariamente trascendental de su contenido, estoy seguro que será de utilidad para quienes deseen adentrarse en la exploración del camino victorioso de la vida, utilizando un magnífico mapa de ruta.  

Este es el enlace en donde puede adquirir el libro:



viernes, 24 de noviembre de 2017

CARTA A UN HERMANO




Querido hermano:  
Hace mucho tiempo dejamos de vernos cuando la vida y nuestros destinos, nos apartaron por distintos senderos, muy alejados el no del otro. Tu familia y la mía han vuelto a encontrarse y hemos podido, al menos momentáneamente entrecruzar nuestros caminos.  
Ahora soy un adulto mayor y tu un poco menor que yo. Desde hace algún tiempo, relativamente corto, he empezado a notar que me cuesta mucho hablar bien. No es que no pueda hacerlo, es que no encuentro claridad en las ideas que intento expresar con voz audible. Por tanto, estoy acostumbrándome a escribir todo lo que antes intentaba hacer verbalmente, por eso te escribo pues si te hablo mirándote a los ojos, creo no lograr ni siquiera organizar una modesta idea.  
En la medida que envejezco me impresiona cada día más, la simpleza de la vida evidenciada en la forma sutil, cuidadosa y esplendorosa, de hallar y disfrutar los momentos brillantes que suelen presentarse a medida que se avanza en el viaje y en el cumplimiento de metas y objetivos compartidos con ciertos seres queridos.  
Sí, creo que todos los seres humanos somos viajeros trashumantes por definición. Algunos lo hacen motivados por el efecto generador de la inercia; otros lo harán consumiendo toda su energía en el día a día esperanzados en que vivir por vivir sea la fórmula adecuada para llegar a alguna parte y otros, entre los cuales me cuento, somos los que consideramos que la vida es bella, a pesar de todo, que el estado de felicidad se obtiene en la medida que se experimenta paz consigo, con los que se uno se relaciona íntimamente y paz con Dios, el de la Biblia No es posible ser feliz viajando solo. Creo que una de las peores sanciones humanas es el aislamiento, porque conlleva otras pestes igualmente destructoras como la indiferencia, la soberbia, la autosuficiencia y, en suma, el rencor, el odio, la amargura y por fin la muerte. 
A cambio, el viaje compartido, integrado y solidario produce beneficios tales como enriquecimiento, salud, fuerza para vivir, sentido de propósito, crecimiento, respaldo, corrección, verdadero aprendizaje y, alegría de vivir.  
Una familia es una cadena de gotas perfectas de vida, que se nutren de Dios, de ella misma y que tiene un único e imperioso destino fructificar mientras se viva, siempre en permanente realización.  
Parece que la providencia a cargo de Dios, ha decidido preparar un encuentro familiar en un cruce de sitios, disponiendo del mejor tiempo para todos, al borde de una estación del viaje en marcha, para que juntos, tu familia y la mía, emprendan una maravillosa y sobrenatural experiencia conjunta.  
Amorosamente, tu hermano 
 

SER O NO SER. HE AQUÍ EL PROBLEMA



“Ser o no ser. He allí el problema”. Cuántas veces hemos repetido esta frase en rueda de amigos, de forma anecdótica, para referirnos a algún tema sin trascendencia sin tener en cuenta exacta y ampliamente, que su autor-protagonista el príncipe Hamlet está al borde del suicidio y se debate entre ser (seguir viviendo) o no ser (suicidarse) al conocer que su tío es el asesino de su padre, y que cometió ese asesinato para casarse con su madre.  


Algunas noches atrás escuché por la radio,  gran parte del testimonio de Gaetano Pandolfo sobre su vida de alcohólico y su recuperación. Un testimonio de la vida de un alcohólico o alguien esclavo de cualquier sustancia química psicotrópica, es la descripción descarnada y veraz de una vida que se ha debatido entre el “ser y el no ser” de una existencia que ha estado muerta mientras se creía viva, sin esperanza, horizonte ni posibilidades.  La interpretación y conclusión de esta noticia testimonial es muy simple: el alcohólico sólo se salva físicamente cuando reconoce, espiritualmente, que Dios es el único que puede transformarlo. Para llegar a ese estado de aceptación es necesario, casi indispensable, que la persona llegue a la total incapacidad de hacer algo a su favor para depender en forma absoluta del poder de Dios. 
 Fue en el Hogar Salvando al Alcohólico de Zapote donde Tano (Gaetano) experimentó la gran transformación de su vida. Gaetano dice, en su testimonio, que este Hogar no es un hospital ni nada parecido; simplemente allí el alcohólico es llevado y le asistirán a la espera que la persona logre experimentar su total inutilidad, o lo que le resta. Esa es la señal que indicará que el alcohólico ya está en condición de iniciar su recuperación. Esto es semejante al proceso que Dios utiliza con sus hijos. Luego de ser salvados por Su Gracia, Él empieza un tratamiento con ellos que tiene por finalidad lograr su completa inutilidad en el cuerpo, alma y espíritu.  
Esto puede durar toda la vida del creyente, pero es inevitable, y la mayor parte de las veces, es doloroso por la renuencia consciente o inconsciente a aceptar la voluntad de Dios, pero la recompensa es grande. La recuperación encierra la obtención de todos los beneficios que la Gracia de Dios ha otorgado y que estaban ocultas pero que ahora están al alcance del y son reintegradas, con fuerzas renovadas y una nueva visión de la vida propia y de  la de los demás, que le permite al individuo no ser nunca más parte del problema sino de la solución  

martes, 17 de octubre de 2017

SOBRE EL HURACAN IRMA




“Esta experiencia me va a durar toda la vida. Estoy al límite”.
Estas fueron declaraciones de una periodista atemorizada, mientras conducía su auto junto a sus hijas, y transmitía en vivo desde su celular su propia evacuación de la ciudad de Miami, luego de recibir la orden de las autoridades, ante la proximidad del poderoso huracán Irma. Para ese momento aún se desconocía la verdadera dimensión del peligro pues  ni siquiera los expertos meteorólogos se atrevían a pronosticar con alguna certeza lo que se avecinaba. Era un fenómeno totalmente inédito.

“Dejé todo lo que tenía, casa, trabajo y aquí estoy con mis hijas que es todo lo que tengo mientras no sé hacia dónde me dirijo”. Fueron estas las palabras expresadas por la radio en directo, por una periodista que, entre sus miedos personales, su  instinto maternal y su responsabilidad profesional trataba de enfrentar la difícil situación, nunca vivida hasta ahora: la total incertidumbre de su futuro inmediato y la proximidad de su propia muerte.
No es nada nuevo, pero sin lugar a dudas nunca como ahora  el ser humano se ha tenido que enfrentar, con tanta urgencia  a la mega dimensión, multiplicidad escénica, sorprendente inmediatez e impredecible espectacularidad de los acontecimientos del día a día,  con los que está conectado en vivo y en directo desde cualquier parte del mundo y en el preciso instante en que los hechos se suceden.  No hay tiempo para valorar el peso específico de una catástrofe porque ni siquiera los expertos pueden hacerlo, debido al tamaño y desproporción de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, sea por causa humana o por un evento de la naturaleza.
Un huracán, un terremoto, una inundación, la pérdida de vidas humanas por la explosión de una bomba, el sórdido deambular de millares de personas por todo un continente o el más leve suceso en el que se describe el dolor que puede conmover el espíritu humano obligan a contestarse a cada instante,  la vieja pregunta, aún vigente desde Adán: ¿Dónde estás tú?


Al igual que los ciclones de poder nunca antes vivido, que han irrumpido en el Caribe el presente año, retan nuestros más profundos miedos, también nuestra capacidad cognitiva y racional se convierte en un frenético dolor de cabeza cuando tratamos de entender mediante sana lógica, al menos una parte de las decisiones alocadas, impredecibles y cuotidianas de la gran mayoría de los líderes mundiales de la actualidad.
Nos mantenemos al límite de nuestros miedos a cada instante. Miedo a perder el control, miedo a no saber dónde estamos, miedo a quedarnos de pronto sin argumentos como le sucedió a Natalia Espinoza, cuando tuvo que abandonar intempestivamente su rol de periodista autosuficiente,  obligada siempre a conservar el control en público, para afrontar su propio drama en vivo enfrente de su auditorio: “qué ha sido de mi vida hasta hoy y qué es lo que realmente me vivifica y me da valor”
Blaise Pascal dijo: "En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús."
No es posible trazar todas las coordenadas para obtener las respuestas de todas las preguntas y obtener la paz que nos provea verdadera seguridad. Pero lo primero sigue siendo lo primero: ¿Dónde estamos con respecto a Dios (con mayúscula y sin apellido)?


miércoles, 10 de mayo de 2017

EL LIDERAZGO EFECTIVO




Acabo de leer un reportaje a un futbolista de la Premier League de Inglaterra, que me llamó la atención por su respuesta a una pregunta sobre liderazgo (El País, 4 de mayo 2017) Él dice, en mis palabras, que gestionar las personalidades casi es más importante que la estrategia o la táctica en el fútbol. Nada nuevo, pienso yo, pero que lo diga un futbolista activo, miembro de uno de los mejores clubes de Inglaterra, en el que los resultados cuentan más que la forma en que se consiguen, no deja de ser una noticia a la que hay que prestarle la debida atención. 


En el fútbol, como actividad humana colectiva, las personalidades se “gestionan” en los entrenamientos, en el autobús, en los aviones, en el camerino y en la forma de comunicarse con el mundo exterior (periodistas, público etc.) Como se ve, es lo mismo que ocurre con la vida cotidiana de cualquier mortal, es en el día a día, en la comunicación con los demás, pero sobre todo con lo que me digo, cada vez que tengo que  decidir sobre algo. Es el monólogo interno, lo que somos en privado, en primerísima instancia, con las luchas, las derrotas y las victorias lo que llega a determinar y a direccionar el valor y el sentido que se le otorga a las personalidades, la mía y a la de los demás que se mantienen en una frenética, dinámica, competitiva,  y a veces, muchas veces, cruel relación. Es la Victoria Privada como lo llamaba Steven Covey. Como puede apreciarse, nada nuevo. Entonces ¿qué es lo que cobra inusitada vigencia cada vez que hablamos u oímos hablar de liderazgo? ¿Será acaso la simpleza del tema, lo tanto que creemos saber pero que no aplicamos y la frecuencia o lo frecuente que nos tropezamos con él? 
Me cuesta reconocerlo, pero en esto de tomar decisiones sobre cómo relacionarme con los demás, es donde radica una de mis grandes debilidades.
Para ser efectivos en el liderazgo, es decir, para “caer realmente bien” a los demás o, como dice el doctor Norman Wright, para llevarse bien con casi todas las personas, es necesario tomar decisiones efectivas en la relación consigo y después  con los demás. 
Una decisión efectiva es un proceso que debe gestionarse, de forma permanente,  en tres áreas de competencias que se interrelacionan, y que se deben mantener o tratar de mantener, en equilibrio la mayor cantidad de tiempo posible: la  competencia emocional, la intelectual y la espiritual. En graficas:  

La CAPACIDAD EMOCIONAL la componen la familia de las emociones básicas y sus derivados: Ira, tristeza, temor, placer, amor (erótico, filial y ágape o incondicional), sorpresa, disgusto y vergüenza. Goleman IE, 1995.
La CAPACIDAD INTELECTUAL se forma  por el proceso mental que le permite al ser humano la elaboración de ideas, pensamientos, juicios etc. 
La CAPACIDAD ESPIRITUAL tiene que ver con el trabajo de la conciencia, propia en exclusiva del ser humano y que se alimenta de principios espirituales, valores y principalmente de fe en Dios, con mayúscula, sí el Dios de la Biblia al que me estoy refiriendo, por supuesto. Biblia Versión Reina Valera 1960
El LIDERAZGO EFECTIVO es el resultado del manejo adecuado, permanente, consciente y sabio de esas tres capacidades. 

lunes, 1 de mayo de 2017

EL TREPADOR




La mayoría de la gente trabaja duramente y en forma constante para mejorar sus condiciones y obtener una mejor calidad de vida. Hay otra gente que también lo hace pero valiéndose de procedimientos egoístas, arbitrarios y personalistas.

El trepador es el personaje que al igual que las especies animales, solo piensa en subir, y nada más que subir, por la escalera o el árbol de las oportunidades que encuentra enfrente, sin mediar ningún tipo de consideración aparte de la suya, sobre las condiciones físicas o humanas que le rodean. Solo se sirve de su propio criterio y, en la mayoría de los casos cuando no en todas, infravalorando o dejando de lado, las recomendaciones, consejos o sugerencias que se le hagan.

Hay varias clases de trepadores. El trepador oculto. El trepador disfrazado. El trepador imponente.

El trepador oculto. Este es el tipo de empleado que nunca asume como suya la idea que algún compañero expresa o realiza, pero que se aprovecha de ella para ponerla en su informe de forma subrepticia y escondida, de tal manera que no pueda ser notada y produzca así malestar entre sus compañeros.

El trepador disfrazado. Su actitud salta a la vista, cuando actúa ante terceros, desea lucir la medalla robada, sus frases se llenan del “yo”, “mi”, “me” y “conmigo”. Asimismo, cuando habla de terceras personas muestra la evidencia para contar una idea o un logro que no le pertenece.

Esto también es aplicable a momentos en los que participa de un proyecto de otra persona, y al dar su opinión habla en primera persona del plural.

El trepador imponente. Es el personaje que en corto tiempo, gracias a ciertos méritos en su desempeño, es elegido para una posición de liderazgo, y al ascender por la pirámide del poder convierte sus prerrogativas visibles de autoridad y poder en la principal bandera de su personalidad, aún en detrimento de su familia, sus amigos, su tranquilidad y hasta su propia persona. Suele alinearse de forma irrestricta e irracional, con los estándares de la organización que pretende representar y para hacerlo utiliza métodos dictatoriales, unilaterales y arbitrarios. Será homenajeado por su conducta a favor de la jerarquía de la empresa, pero encontrará mucha oposición de parte de sus colaboradores, ocasionando trastornos graves en la formación de espíritu de equipo.

El trepador es ambicioso, manipulador, narcisista y su conducta que es obsesiva compulsiva ronda los linderos de la adicción, con una clara tendencia a influir en otros en beneficio propio, recurriendo a halagos o engaños si fuera necesario.

viernes, 24 de febrero de 2017

UBICATEX




Una amiga de más de 50 años, nos contó a mi esposa y a mí, que en cierta oportunidad entró a una tienda de ropa juvenil con el único propósito de observar los vestidos en exhibición. Apenas ingresando se le acercó una joven dependiente para ofrecerle ayuda. La empleada de la tienda, sin esperar a que mi amiga terminara de contarle su verdadero propósito, le insinuó que comprara una prenda juvenil que, según ella, le quedaría muy bien. A pesar que mi amiga le quiso interrumpir, la joven insistió por varios minutos. Al verse asediada por la persistencia errónea de la joven dependiente, mi amiga, sin enojo pero con firmeza, le dijo: Mire joven, estas prendas no van conmigo, porque todas las mañanas, yo me tomo una pastilla de ubicatex, que me ayuda a decidir qué es lo que debo y qué no debo ponerme. 

 
No es fácil estar ubicado en medio de una sociedad sobre-estimulada y desubicada, en la que a juicio de muchos la ética, la moral, la compasión, la justicia, la honestidad, entre otros valores han pasado, o están pasando rápidamente, a convertirse en objetos suntuarios y en la que tomar y mantener decisiones en balance, se torna cada vez más estresante.
Para estar ubicados se requiere conocer los dos componentes básicos de la personalidad del ser humano: el temperamento y el carácter. El temperamento está ahí, desde el nacimiento, o antes, mientras que los rasgos del carácter se adquieren en el transcurso de la vida, según el doctor Tim La haye, autor e investigador de estos temas. Leí el libro del doctor La haye, Manual del Temperamento, (1987) hace unas dos décadas y he comprobado que las cosas son como él decía. Todos los seres humanos nacemos con un temperamento que puede ser introvertido o extrovertido, lo que en cierta forma permite que podamos garantizarnos un porcentaje muy alto de objetividad en nuestro autoconocimiento y de esa manera experimentar menos pérdidas y fracasos en el manejo de nuestras relaciones interpersonales. “Cuando una persona descubre su temperamento básico, puede por lo general descubrir con facilidad cuáles son sus aptitudes vocacionales, cómo tener buenas relaciones con otras personas, qué debilidades naturales se pueden vigilar, y cómo puede mejorar la eficacia de su vida” (La haye 1987)
El temperamento no es la única influencia sobre nuestro comportamiento. La vida temprana en el hogar, la instrucción, la educación, entre otras, constituyen la más importante influencia en vida del ser humano, pero el temperamento marca la pauta que vamos a seguir en el transcurso de nuestra vida, sin lugar a dudas.